martes, 9 de agosto de 2011

Ceremonia y móviles



Liturgia. En la acepción de la palabra anáfora que remite a ritual o ceremonia puede encontrarse la clave de aproximación a la más reciente obra de Félix Oropeza, creada para la agrupación Agente Libre. De nuevo el impulso colectivo y la concepción gregaria de la existencia originan un discurso corporal dotado tanto de violencia como de sutileza, que conduce a estadios de acción o de contemplación.

El autor propone un ámbito escénico de inspiración conceptual y formal reconocible en las culturas de Oriente. En un bosque de árboles secos tenuemente iluminado cohabitan unos seres quizás primitivos o tal vez post apocalípticos, dispuestos a participar en la liturgia correspondiente. Los convoca un mismo espíritu y los agrupa un ímpetu similar. Los cuerpos danzantes en solitario, actuando en pareja o dispuestos en estructuras corales, dan rienda suelta a un instinto, se pliegan a una costumbre y, tal vez
contradictoriamente, buscan otorgarse una personalidad que los singularice más allá del ceremonial grupal.

Anáfora, como obra de danza, sugiere raíces ancestrales y muestra una prevalencia del cuerpo estético por sobre el cuerpo expresivo. Deja sentado un claro un interés por los orígenes profundos, al igual que un apego evidente por formas corporales no puras sino resultantes de una mixtura de códigos preestablecidos. Parte de la noción de tradición y de rito compartido, para hacer de ella una imagen poseedora de notables valores plásticos, desplegando notoriamente las individuales potencialidades de sus ejecutantes.

Muletas. Aproximarse a la danza hecha por intérpretes con capacidades especiales podría suponer una visión alternativa del cuerpo creativo, que ha desarrollado tras de si estilos, corrientes y tendencias generadores cada uno de su correspondiente ideal excluyente de bailarín. No ocurre así con Claire Cunningham, quien desde su personal condición asume el movimiento vinculándolo, a profundidad y sin concesiones, con sus aspectos musicales, plásticos y teatrales.

La artista escocesa, de reciente visita en Caracas, presentó un recital escénico de fuerte carga testimonial, aguda visión de si misma y particular resolución escénica. Me (Mobile/Evolution) es una muestra en la que Cunningham se asume como bailarina plena y sin transigencias. Se trata de dos actos unipersonales extremadamente centrados en su intérprete que, sin embargo, llevan consigo un interés general. El primero enfatiza, con sencillez y sobriedad, en el cuerpo escultórico. A su modo,se inscribe dentro de las visiones de Merce Cunningham y Alwin Nikolais. Parte de las estructuras de Calder para proponer su aproximación al movimiento aéreo,
convirtiendo sus propias muletas en sugerentes objetos de arte. Durante la segunda acción, la intérprete asume la danza desde la esencialidad del cuerpo, presentándose como una muñeca mecánica, una bailarina de tap o convirtiéndose en un desaprensivo cisne clásico.

Claire Cunningham deambula desprejuiciada, aunque conscientemente, por el espacio escénico. Baila elevada sobre si misma.

Carlos Paolillo
publicado en El Nacional. cuerpo escenas
Caracas 3 de agostoo 2011

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